5 / Serie Golpe 1955 / La rendición del Regimiento A-2
Ni
vencedores ni vencidos en Azul
La frase fue
articulada por el jefe del A-2 cuando la tropa regresó del desventurado
viaje
hacia Tres Arroyos. El regimiento volvió “Libertador”, es decir, plegado
al
movimiento que derrocó al presidente Perón, si bien había salido
de los
cuarteles el 16 de septiembre en defensa del gobierno constitucional.
Un
expediente revela que la unidad local se rindió ante la Marina de Guerra.
1955, 18 de septiembre. Las
comunicaciones no han sido el fuerte de los grupos leales durante el
levantamiento armado que derrumbó al presidente Juan D. Perón. Lo demuestra un
informe del día 18: “En las primeras horas de la mañana se tiene información de
que el Ministerio de Ejército ordenaba avanzar sobre Bahía Blanca a los
regimientos de Esquel, Neuquén, Santa Rosa, Azul, Olavarría y Tandil.” (Folio 97) Es que, al menos las fuerzas
que circulaban el día 17 por la ruta 3 hacia Bahía Blanca, se habían rendido.
Sólo que el Ministerio de Ejército aún no lo sabía y, por eso, les estaba
ordenando avanzar… Para entonces, la Marina de Guerra ya disponía del listado
de agrupaciones de Ejército rendidas. Entre otros, el Regimiento 2 de
Caballería de Olavarría, Regimiento 1 de Caballería de Tandil, Regimiento 2 de
Artillería de Azul. (Folio 101, ver
documento).
Pasado pisado y olvidado…
El 23 de septiembre se aguardó el regreso
del regimiento A-2 a sus cuarteles de Azul. Puede leerse en la edición de El Tiempo del día 25, en la portada, que
la tropa fue recibida por el coronel Pedro Enrique Marti Garro, quien “tuvo
patrióticos conceptos, manifestando que al no haber vencedores ni vencidos la
enseña celeste y blanca sigue siendo la única guía tutelar de todos los
argentinos”.
Al citar la frase del general Lonardi –que
en realidad parafraseó a Urquiza y su proclama de 1859–, no quedaron dudas,
pues, del rotundo cambio de posición: el 2 de Artillería salió de Azul el día
16 encuadrado en el bando “leal” al gobierno nacional, y retornó el 23
reconvertido en “libertador” –como ocurrió con otras unidades–. También por
ello los casos de Ciappina y Moguillansky, que fueron objeto de la nota
anterior, pasaron rápidamente al olvido en la fuerza.
Lo mismo ocurrió con el resto de los pelotones
que el 16 de septiembre salieron en defensa del presidente Perón. Para el día
20, el jefe de Estado poco y nada pudo esperar de las fuerzas armadas que, si
bien comandaba –tal como establece la Constitución Nacional–, no controlaba.
Luego del vuelo rasante del día 17, que
implicó la muerte para el sargento Domingo Ciappina (34 años) y el conscripto
Raúl Moguillansky (21 años), la formación de artilleros giró en la ruta nacional
número 3 e inició su camino de regreso a Azul.
La actitud implicó rendición, pero el hecho
de retornar a su base mucho antes de llegar al objetivo, significó que no se
tomaron prisioneros. Es importante indicar que estaba prevista, en el golpe de
septiembre de 1955, la toma de “prisioneros de guerra”.
En el Folio
390 del expediente que venimos citando desde la Nota 1, se indica: “[...] El tratamiento que se da a los detenidos se
ajustó en un todo a las instrucciones recibidas de la Superioridad que se
transcriben a continuación: [...] El trato con el personal tomado prisionero
será el que corresponde de acuerdo con las normas dictadas en la Convención de
La Haya.”
Previsiones
Para el asalto del poder nacional la Marina
de Guerra, inclusive, previó un “modelo de interrogatorio” para los militares
que resultaren detenidos. Se revela en el Folio
380, para el caso de jefes y oficiales con mando, a quienes debían extraer
las siguientes informaciones: “Unidad; asiento de la unidad; cómo era
transportada; qué refuerzos tiene; […] quién le impuso la misión; cuál era la
misión; […] estado moral de la tropa al rendirse” y finaliza con la “impresión
general del interrogador”.
La vertiginosa experiencia de las unidades,
en este caso del A-2 de Azul, los días 16 y 17 de septiembre de 1955, hizo que
ni siquiera, a pesar de la rendición, alcanzaran a cumplimentarse los
formularios previstos para los prisioneros.
Hubo dos escenarios en Azul directamente
relacionados con el golpe de Estado de 1955. En estas primeras notas se hizo
referencia al regimiento 2 de Artillería. Los dos próximos artículos tendrán
como eje central al Arsenal Naval Azopardo. En consecuencia, podemos invitar al
lector a iniciar el tránsito hacia un problema: La unidad naval asentada en las
sierras de Azul, ¿fue leal al gobierno o se levantó en contra de Perón, al
igual que el resto de las unidades de la Marina de Guerra?
(Continuaremos en una próxima edición.)
![]() |
Los regimientos rendidos. Olavarría, Tandil y Azul encabezan
la lista. (Archivo del autor) |
![]() |
Mapa anexado al expediente de la Marina de Guerra. Indica las posiciones
y fecha de rendición de las unidades. En la parte superior se
señala el caso del A-2 de Azul. (Archivo del autor)
ALLANAMIENTO
Las armas de la CGT
Como ocurrió con el caso de la CGT Azul y
su secretario general Manuel Chaves, ejecutado a tiros el 22 de septiembre de
1955 por una patrulla naval en un operativo que tenía como objeto localizar
armas, el expediente consultado refiere el caso de la ciudad de Coronel
Dorrego. Es fundamental conocerlo, para observar las
diferencias con lo
ocurrido en Azul.
A partir del Folio 165 se informa que una patrulla de la Marina de Guerra tuvo
como misión “ocupar militarmente” la localidad de Coronel Dorrego “a fin de
garantizar la normalidad en dicha población” (Había tomado estado público la
versión de que la CGT armaría a su tropa para salir en defensa de Perón y su
gobierno).
El operativo se inició el 19 de septiembre
de 1955, a las 19,15 horas: rápidamente se ocupó el edificio municipal y la
comisaría de Policía. Además, “se realizaron algunos allanamientos en busca de
armas; para ello se contó con la información de algunos civiles; esta actividad
se desarrolló con resultado negativo.”
Entre los sitios involucrados estuvo el
“edificio de la CGT. Se allanaron varios domicilios en busca de armas, con
resultado negativo.”
Con respecto a los gastos, se informa: “En
mantenimiento de la tropa no se realizó ninguna inversión dado que los
alimentos fueron donados espontáneamente por la población civil, negándose a
recibir su reintegro.” (Folio 167)
Esto demuestra que en todas las ciudades se brindó algún tipo de colaboración
con las fuerzas de ocupación “libertadoras”.
Finalmente, el informe de la Marina de
Guerra detalla el armamento secuestrado en la Comisaría de Coronel Dorrego, lo
cual demuestra –sobre todo– que las armas fueron confiscadas:
- Una escopeta
Bayard calibre 16 de dos caños
- Una escopeta sin
marca calibre 28 de 2 caños
- Una escopeta W.H.
Hamilton calibre 28 de dos caños
- Siete Winchester
calibre 44.
- Doce revólveres
Orbea calibre 38 largo
- Cuatro revólveres
Colt calibre 38 corto.
- Un revólver V.S.
calibre 38 largo
- Un revólver R.S.
calibre 38 largo
- Ciento un
proyectiles calibre 38 largo
- Treinta y dos
proyectiles calibre 38 corto
- Siete proyectiles
de pistola calibre 45
- Elementos varios
(pistoleras, cananas, etc.).
Otro procedimiento de patrulla naval, esta
vez el 22 de septiembre de ese año ’55 y en la ciudad de Azul, no tuvo el mismo
final: los marinos buscaron armas que “se presumía” estaban en poder de Manuel
Chaves, como responsable de la central obrera. Dos allanamientos, a la CGT y al
predio del fondo del edificio (ruinas de la antigua Escuela 2) dieron resultado
negativo esa noche. También la requisa en el domicilio de Chaves, sólo que éste
fue abatido con tres tiros en la cabeza. Las armas se buscaron después. Y no se
hallaron.
Publicado: 1/2/2017, Diario El Tiempo, Azul, Argentina.